No hay mayor montaña rusa económica que aquella que envuelve a una familia media: que si la alimentación, la ropa de los niños, las etapas escolares, médicos… un largo etcétera de circunstancias envuelve a las finanzas de los padres que quieren llevar su hogar de forma adecuada.
Nadie como ellos saben de economía doméstica, eso no hay quien lo dude, pero como toda ayuda extra es bienvenida, aquí van algunos consejos para calcular y controlar el presupuesto dentro de una familia. Seguro que nos a ayudan a afrontar cualquier imprevisto económico que se nos presente.
Separa gastos fijos de gastos imprevisibles
En toda casa hay unas fechas en las que sabemos que nos va a tocar desembolsar más dinero de la cuenta. Estas están bien localizadas, por lo que nunca debemos perderlas de vista: el comienzo de las clases, cumpleaños, navidades, revisiones médicas etc.
“Septiembre y la vuelta al cole, navidades, la cuesta de enero…
hay fechas marcadas en el calendario que sabemos perfectamente
que nos va a suponer un sobresfuerzo económico.
Estas nunca debemos perderlas de vista”
No sólo debemos obviamente guardar para estos desembolsos, intentar minimizarlos con los ya conocidos truquillos domésticos (si tenemos más de un hijo matricularlos en el mismo colegio para que puedan aprovechar el material, elegir una ropa “todoterreno” que les sirva tanto a unos como a otros hijos etc.), sino reservar un pico por cada gasto fijo para posibles imprevistos (cambios de materias en el colegio, gastos que no cubre el seguro médico etc.) que se puede reutilizar en el caso de no ser necesarios en los otros fijos (la cena navideña por ejemplo).
Calcula cada gasto fijo multiplicándolo para cada miembro
¿Cuánto nos cuesta un simple resfriado común? Medicamentos, visitas médicas… normalmente (y dando gracias) estos gastos vienen de uno en uno, pero no hay que perder de vista que si por algo se llaman “imprevistos” es porque no se pueden ver venir, por lo que nunca debemos obviar la posibilidad de una pequeña “epidemia familiar” que afecte a más miembros. Cuanto más estemos preparados para cualquier percance, menos nos afectará y más estaremos aunando nuestros esfuerzos en lo más importante: cuidar de los nuestros.
No olvides mantener el famoso “colchón”
Las finanzas familiares son un auténtico ir y venir, y cuesta auténticos malabares mantenerla en activo, pero no viene mal tener un seguro “por si las moscas”. Mantén un plan de ahorro fijo, separando los gastos habituales de los imprevistos y guardando lo sobrante. No obstante, si no se llega a algún mes por X razón, ten en cuenta que hay soluciones rápidas como los préstamos hipotecarios que te ayudan a salvar esos pequeños obstáculos cuando los números no salen.
Mantén un límite de gasto fijo
¿Que la luz te supone un gasto de unos 50 euros mensuales? Establece en este coste el cupo de consumo. Obviamente éste variará euros arriba, euros abajo, pero te ayudará a establecer rutinas de gasto que impidan las sorpresas a final de mes. El resto viene del sentido común: ducha en vez de baño, lavavajillas cuando se pueda llenar, al igual que la lavadora etc.
En definitiva, de lo que se trata es de controlar mínimamente el gasto, tampoco de vivir asfixiado pero sí de tener en jaque a las deudas y que ninguna nos impida proteger nuestro bien más valioso: nuestra familia.
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