El sistema educativo siempre ha sido sujeto de controvertidos cambios en su estructura y contenido en función de los diversos enfoques y usos partidistas que han hecho los partidos políticos en nuestro país del mismo. Pero realmente si ha habido un cambio importante en la educación no se ha producido tanto de la mano de los contenidos, sino de la forma en la que estos son impartidos y trabajados con la introducción de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (las famosas TIC) en las aulas, ocupando un lugar central las Redes Sociales. A partir de aquí, varias han sido las voces que han cuestionado la conveniencia del uso de estas herramientas por parte de alumnos y profesores, concibiendo el proceso educativo como una mera repetición de contenidos que se generaron en el pasado y cuya labor se encamina a su mera preservación. ¿Pero realmente es esta la idea que mejor refleja el significado y sentido de la educación? ¿No sería más conveniente hacer partícipe al alumno de su proceso de enseñanza-aprendizaje, animándole a colaborar activamente en él y no solo relegarle a un papel pasivo de simple receptor?
Yo apuesto por una educación donde el profesor se convierta en emisor de conceptos a la vez que orientador o mentor que anime a sus alumnos a trabajar con ellos, a debatirlos, a compartirlos, e incluso a modificarlos en caso de que estos sean susceptibles de ello. Y qué mejor manera para realizar todas estas funciones y además fomentar la práctica de habilidades que serán demandadas en el mercado laboral que introducir el uso de las redes sociales de manera pedagógica, como un recurso didáctico más a trabajar en clase, al igual que pueden ser los mapas conceptuales o las búsquedas de información relevante en periódicos, revistas, etc.
Actualmente nos encontramos en un momento donde las nuevas formas de comunicación han transformado la noción de espacio-tiempo a la que estábamos acostumbrados. Las redes sociales nos mantienen informados y en contacto de manera permanente, haciendo uso de las mismas en nuestras actividades más cotidianas y no siempre recurriendo a ellas como un instrumento de ocio, sino ligándolas cada vez más a usos profesionales, de promoción de eventos, de proyectos, de búsqueda de empleo, de difusión de contenidos de valor… Esto evidencia que dentro del ámbito educativo sería altamente beneficioso que mediante estas herramientas los alumnos desplacen su proceso de aprendizaje más allá de las aulas, creando vínculos entre su realidad cotidiana y su formación.
Por lo tanto, haciendo un uso responsable, creativo y adecuado de las redes sociales en las aulas vamos a conseguir que los alumnos se impliquen mucho más en sus obligaciones educativas de una manera práctica y divertida, además de mejorar sus habilidades sociales, trabajando en grupo y creando ambientes colaborativos. Obviamente las actividades a plantear serán diferentes en función de la etapa educativa de los alumnos, así como de las necesidades de formación que presenten y siempre bajo supervisión del docente, que se encargará debidamente de los ajustes pertinentes en materia de privacidad.
Para concretar un poco más todo lo visto hasta ahora, os voy a mostrar algunas de las aplicaciones formativas que pueden presentar diversas redes sociales y plataformas digitales en clase:
1. Tablón de anuncios y foro de dudas mediante grupos privados de Facebook: esta herramienta puede sernos muy útil en clase para comunicarle a los alumnos cuestiones de de diversa índole como fechas de trabajos o exámenes, faltas de asistencia, becas, programas culturales, etc. También puede conformar un interesante lugar para plantear dudas y que todos puedan colaborar en su solución, fomentando el diálogo entre alumnos y profesor fuera del aula.
2. Participar y debatir sobre los contenidos vistos en clase con Twitter: mediante el uso de hashtags se puede hacer un seguimiento de las actividades realizadas en clase por parte del profesor. Además esta red social permite el desarrollo de habilidades sintéticas, ya que solo permite un número reducido de caracteres en cada publicación.
3. Compartir, enlazar y sobre todo crear materiales adicionales mediante wikis y blogs: estas herramientas dan lugar a espacios de trabajo cooperativo y colaborativo entre los diversos miembros relacionados con contenidos vistos en el aula. De esta manera no solo se ponen conceptos en común, sino que se está generando conocimiento y mejorando la redacción, en este caso sin límites de caracteres, de aquellos que participan en estos espacios.
4. Diario de clase con aplicaciones como Storify: esta aplicación nos permite elegir a uno o varios alumnos para que puedan recopilar los momentos más importantes relacionados con la temática de la clase, formando con ellos una pequeña historia para ser compartida con el grupo, que a su vez servirá como resumen de los contenidos vistos.
5. Manejo de herramientas de investigación como Twitter: esta red social nos da la posibilidad de realizar búsquedas avanzadas que proporcionen una cantidad de información importante, monitorizando elementos de interés, confeccionando listas de expertos en una materia, visualizando los términos más utilizados en función de temáticas, etc.
6. Realización de trabajos grupales con SlideShare o Prezi: además del uso de aplicaciones del paquete de Microsoft Office como PowerPoint para realizar presentaciones en clase, utilizar estas otras herramientas como lugares de trabajo en línea donde varios puedan trabajar a la vez, compartir y comentar información es realmente interesante y de gran utilidad para presentaciones de carácter más profesional.
7. Aumentar la conexión entre alumnos y realidad: a través de las redes sociales se puede acceder a una gran cantidad de información proveniente de medios de comunicación, saber qué está ocurriendo en cada momento y comentarlo, e incluso realizar intercambios de opinión en distintos idiomas, actividades todas ellas de gran valor para la formación y crecimiento personal de los estudiantes.
8. Potenciar las habilidades profesionales con Linkedin y GooglePlus: no debemos olvidarnos de que el proceso educativo debe estar íntimamente relacionado con las tareas profesionales que se demandan en el mercado laboral, y que precisamente si de algo ha adolecido de manera importante nuestro sistema educativo es de cierta desconexión entre lo que se enseña en las aulas y las habilidades o conocimientos que piden las empresas. Por tanto, con redes sociales como las dos mencionadas en este apartado, podemos lograr que los alumnos vayan creando su propia red de contactos relacionados con las actividades profesionales a las que se quieran encaminar, siguiendo cuentas o perteneciendo a comunidades específicas, intercambiando conocimientos, creándose una imagen y perfil profesional.
Sobre el Autor:
Gloria Belén Millán Domínguez. Licenciada en Economía. Actualmente especializándose en Marketing digital a través de un Posgrado en Comunicación y Marketing. Crea y selecciona contenido de valor para su difusión en Redes Sociales. Visita su web.
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