La vorágine cotidiana nos impide tener el control de nuestra vida y disfrutarla como queremos. Y disfrutarla no significa dejar de trabajar, realizándonos profesionalmente y aportando dinero al hogar o no ocuparnos de las cosas que nos importan, sean por gusto personal o debido a responsabilidades familiares que podemos tener.
Disfrutar y llevar una vida plena significa dedicar nuestro tiempo a las cosas que más nos importan y, por ende, a las que nos permitirán alcanzar esa felicidad y armonía que buscamos.
Los tiempos modernos nos llevan a subirnos a ese tren que no para, y que nos expone como mujeres ocupadas e importantes. Sin embargo, acabamos en una vorágine muchas veces sin sentido, totalmente agotadas y estresadas. Algo lejos del ideal de vida plena de mujer realizada que buscamos.
¡Es hora de parar! En esta nota te contamos cómo acabar con la vorágine cotidiana para que puedas retomar el control de tu vida y disfrutarla a pleno.
Aprende a administrarte el tiempo
¿Te pasas la semana corriendo y cuando llega el fin de semana tampoco paras? ¿Te gustaría organizarte el tiempo para ser eficaz, dinámica y feliz a la vez?
¿Cuántas mujeres se pasan el día de aquí para allá? Al principio, el ritmo incesante puede hacer que muchas se sientan dinámicas, casi superhombres. Hasta que el estrés, enfermedad tan característica de la modernidad, termina por imponerse en su día a día y, de pronto, descubren que ya no tienen tiempo para sí mismas.
¿Cómo acabar con esta vorágine cotidiana y retomar el control?
Establece prioridades
Perder el tiempo en cosas triviales deja menos tiempo para las importantes. Por eso es fundamental hacer una lista de actividades según sean esenciales, importantes o secundarias.
Sé eficaz al comunicarte
Ganarás tiempo si aprendes a comunicarte, ya sea con la familia, los amigos o los colegas de trabajo. Una buena comunicación es la que va a lo esencial. No cargues a tu interlocutor con detalles inútiles, es mejor sintetizar el contenido del mensaje.
Aprende a delegar
Hay que aprender a delegar. En casa, pídele a tus hijos que hagan la compra o que participen en las tareas del hogar. En el trabajo, rodéate de colegas eficaces a quienes puedas confiarles una parte de tu tarea. Y si de verdad te cuesta delegar, cuestiónate por qué….
Disfruta de no hacer nada
Dejarte ratos libres y dedicarte a tus pasatiempos o a soñar no es perder el tiempo; al contrario, son momentos que te permiten redinamizarte, haciéndote más creativa en las tareas consideradas serias. La vida profesional y la personal deben alimentarse mutuamente, no oponerse.
Fíjate objetivos realizables
Hay quienes piensan que el éxito social es el único que vale y alcanzarlo constituye su principal objetivo. Estas personas son extremadamente perfeccionistas y dedican todo su tiempo a trabajar, confiados en que podrán disfrutar de la vida una vez que hayan logrado su meta.
Pero dado que persiguen propósitos irrealizables, corren el riesgo de sentirse insatisfechas. De ahí la importancia de fijarse objetivos factibles.
¿Cuándo rindes más?
Debes saber en qué momento del día rindes más. Si es por la mañana, agéndate las actividades importantes como reuniones o toma de decisiones importantes en esas primeras horas.
Conocerse mejor
Si te dejas desbordar fácilmente y no haces nada para remediarlo, es que estás sacando algún beneficio secundario de esas situaciones. ¿Qué beneficios? Si de verdad deseas cambiar, debes encontrar una respuesta a esta pregunta y aprender a organizar mejor tus tiempos.
Cada persona obtiene beneficios secundarios diferentes: una necesidad de reconocimiento por parte de un grupo, un gusto por el desafío, una toma de poder sobre los otros, una necesidad económica, etc.
Seguir estos consejos te ayudará a reducir el estrés producto de una mala gestión del tiempo.
Autor: Sylvie Rochefort
Fuente: Bienestar.doctissimo.es
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