Por lo general, hay dos tipos de personas en los lugares de trabajo: Los Organizados y los Desorganizados. ¿Cuáles son las características que los separan y cual aspiras a ser tú?
Parece haber falta de disciplina con el Desorganizado. Las personas a su alrededor piensan que los Desorganizados ni siquiera saben que lo son, porque es una situación que persiste por largos periodos de tiempo. Muchas veces puede ser una misma visión de los alrededores de esa persona. Es común concluir que este tipo de personas están por lo general más estresadas y deben moverse de un lado a otro para conseguir hacer las cosas, si es que pueden llegar a hacerlas.
El Organizado, a su vez, es una especie única. Parecen ser hábiles creando lugares idóneos para acomodar cosas. Ellos lo ven como “todo tiene un lugar y hay un lugar para todo”. Son aquellos a los que llamas cuando necesitas ayuda para hacer algo importante. Por lo general, ellos pueden hacer todo en un corto periodo de tiempo. Ellos tienen un don para realizar los trabajos con un enfoque bastante disciplinado.
Ahora, ¿cuál de los dos quieres ser?
Con un poco de instrucción y guía, el Desorganizado puede convertirse rápidamente en alguien organizado. Es cuestión de proveerlo con conocimientos sobre el tema y luego trabajar en la disciplina que conlleva el Organizado.
Las molestias e inconvenientes de trabajar en torno a un Desorganizado, son que, eventualmente quienes pagaran los platos rotos son las personas cercanas. Si trabajas con un Desorganizado, tiendes a molestarte por ellos fácilmente. Muchas veces se crean situaciones en los que los rodean deben trabajar más arduamente. ¿Te suena familiar? Estas situaciones pueden traer resentimientos y herir los sentimientos de otros innecesariamente.
Los Desorganizados son básicamente sus propios enemigos más que todo. Así que, es importante cambiar las condiciones para poder sobrevivir en armonía en el lugar de trabajo.
En vez de recoger el desastre ofrece algunos consejos y direcciones. Esto traerá armonía a la relación.
Uno de los retos para el Organizado es como traer armonía entre las dos personalidades conflictivas. Para comenzar, busca una forma pacífica en la que puedas hacer que el Desorganizado cambie sus hábitos. Has esto y lograras enseñarse al Desorganizado nuevos y mejores hábitos para todo lo que hagan. Puedes llevar a cabo esto si lo haces cuidadosamente.
Para el Organizado, el orden es un importante factor de cambio. Su forma de elegir un método es evaluando cual sería el más eficiente. Ellos quieren que todos a su alrededor se las arreglen para lograr sus tareas con menos gasto de energía y menor esfuerzo. Ellos piensan siempre sistemáticamente para manejar el trabajo. Les gusta hacer todo del modo convencional.
Ser o no ser organizado —Esa es la pregunta
El Desorganizado debe responder esa pregunta por sí mismos y luego actuar. Si no hacen nada más, siempre pueden preguntar. También pueden simplemente seguir el ejemplo. Al minuto que el Desorganizado se convierte en Organizado, instantáneamente tienen más tiempo para ellos mismos. Esto solo debería ser un buen incentivo.
Lo siguiente es sanar las relaciones, donde todos trabajan juntos y de acuerdo. En armonía. Vale la pena luchar para esto. Si el Desorganizado habla en serio cuando decide cambiar sus hábitos, el cambiara de una actitud a la defensiva, ¡a una más activa!
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