Para las mujeres de hoy, las que trabajan fuera o en su casa, la organización del tiempo es básico y primordial, como así también lo es su “descanso”, ya sea las horas de sueño que pueda conciliar por la noche o tomarse al menos media hora en el día para “recargar pilas” y volver al ruedo!
Si de relajar el cuerpo y la mente se trata, podemos utilizar “la meditación y la visualización” como medios para desconectarnos del mundo, descargar aquellas energías que no nos ayudan y llenarnos de vitalidad y armonía.
¿Para qué “meditar”?
A través de la práctica conciente, la meditación nos ayuda a equilibrar nuestra salud física, mental y espiritual. Reduce el estrés diario, mejora la concentración y nos conecta con nuestro espacio interior. Nos aporta claridad, mejorando la confianza en nosotros mismos y permitiéndonos elegir con sabiduría en la vida diaria.
Cómo podemos lograr esto en 30 minutos? Fácil y sencillo!
1.- Busca un lugar cómodo y tranquilo, ya sea dentro de tu casa o si te encuentras en la oficina aléjate un poco de tus compañeros, puedes poner música o utiliza los auriculares, en caso que estés trabajando en un ambiente donde hay otras personas. Elige música relajante, puede ser agua cayendo de una cascada, el canto de los pájaros, el sonido del mar, hoy en día hay hermosas melodías que nos pueden acompañar en la relajación.
2.- Descálzate! Si puedes, prende un sahumerio. Los aromas ayudan a que nuestro cuerpo se relaje aún más, también puedes poner un ramo de flores frescas en tu casa o en tu escritorio de trabajo.
3.- Puedes adoptar la posición de Buda (con las piernas cruzadas) o sencillamente sentarte en una silla o almohadón en el piso, con la espalda derecha, pero no rígida. Siente cómo apoya cada parte de tu cuerpo, permite que las articulaciones se acomoden y escúchalas!
4.- Junto con el sonido de la música, comienza a respirar profundo, permitiendo que el aire ingrese por tu nariz, llévalo hasta la panza y exhala con fuerza por boca. Házlo unas 5 o 6 veces, de manera pausada y tranquila, aflojando todo tu cuerpo con cada exhalación. Desde la cabeza hasta los pies, siente como cada músculo, se relaja y se oxigena.
5.- Ahora trata de llevar toda tu atención al centro de energía –chakra- que se encuentra en tu corazón, es el centro del amor desde donde nos conectamos para elevar nuestra energía y para irradiar luz a todo nuestro alrededor. Inhala profundo y siente como tu pecho se infla y cuando exhalas, siente como expulsas todo vibración que no esté en concordancia con el amor puro y verdadero de tu Ser.
6.- Tómate unos minutos, respira profundo, pausado, si hay algún pensamiento solo déjalo pasar, no te centres en ninguno en particular, siente tu cuerpo, serena tu mente, disfruta de la música, conecta con tu corazón…percibe como la energía fluye desde los pies hasta tu cabeza y viceversa, puedes visualizar esa energía de color rosado expandiéndose por todo tu cuerpo, armonizando cada célula de tu organismo.
7.- Cuando lo sientas, lentamente y a tu ritmo, mueve tus manos, tus pies, gira tu cuello, extiende tus brazos, comienza a conectarte nuevamente con el mundo exterior y finalmente, abre tus ojos. Para terminar, lleva tus manos a tu corazón en señal de plegaria y agradece por este momento de conexión y armonización con tu Ser.
“Recuerda que la sanación de tu mundo, comienza en tu interior».
Sobre el autor:
Mariela Miño – Lic. en Relaciones Humanas y Públicas, Coach Ontológico, Instructora de Meditación y Maestra de Reiki. Hace algunos años, cuando comencé mi búsqueda personal y espiritual, sentí un enorme deseo de ayudar a otros, de acompañarlos en su recorrido, de escucharlos y conectarme con ellos más allá del lenguaje, a través del espíritu. Y así, con el correr del tiempo, me fui formando en diferentes temáticas que en la actualidad me permiten llegar a las personas, por medio del lenguaje, de la comunicación no verbal, de las emociones y del cuerpo. Comencé a explorar mi parte espiritual, a través del reiki y de la meditación, herramientas que, unidas a las relaciones humanas y públicas y al coaching ontológico, me permitieron conectarme y poder ver a las personas, en su totalidad, desde varios aspectos.
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