Si vamos a trabajar desde casa, lo ideal es que tengamos una habitación exclusiva para trabajar. Pero, ¿qué pasa cuándo estamos “en transición”, empezamos a armar la oficina y tenemos que improvisar una o bien, no disponemos de otro cuarto, y sí o sí, necesitamos instalarnos en algún rincón de la casa, por ejemplo: en un rincón del living o del propio dormitorio? ¿Qué hacemos para aprovechar espacio, mantenernos concentrados y lo más importante: trabajar productivamente?
Hoy te proponemos ideas prácticas para montar tu oficina desde un rincón de tu hogar.
¿Ya estás evaluando un cambio para trabajar?
¡Empecemos a armar juntas tu nueva oficina!
Cómo organizar tu oficina ocupando sólo un rincón de la casa
Autor: Paola Díaz para Organizarte Magazine.

Si vamos a trabajar desde casa, lo ideal es que tengamos una habitación exclusiva para trabajar. Pero ¿qué pasa cuando estamos “en transición”, es decir, empezamos a armar la oficina y tenemos que improvisar una; o bien no disponemos de otro cuarto, y sí o sí, necesitamos instalarnos en algún rincón de la casa? ¿Qué hacemos para aprovechar espacio, mantenernos concentrados y lo más importante: trabajar productivamente?
Éste resulta un gran desafío para ejercitar nuestro nivel de organización y productividad! Si puedes trabajar con éxito en un rincón, imagina lo que serás capaz de hacer cuando tu oficina está terminada y separada del resto de la casa 😉 .
Veamos cuatro etapas prácticas para organizar tu oficina ocupando un rincón de la casa.
1. Respeta tu espacio de trabajo.
Antes de zarpar en este proyecto, ten en claro que estarás armando tu oficina. No importa dónde la instales, lo que importa es que asumas con determinación que será tu espacio de trabajo durante ciertas horas de la jornada.
Respeta dicho espacio para que los demás lo hagan de igual modo. Tómalo en serio para que puedas lograr objetivos exitosos y ser un trabajador desde casa productivo.
Igual de relevante es que el resto de tu familia también esté informada de tu proyecto. Sé directa: empezarás a trabajar desde el hogar, montarás tu oficina en casa, estarás en casa pero durante tu jornada laboral ¡estarás trabajando!
Conversa con tu familia sobre los motivos de tu decisión. Contar qué haremos está muy bien, pero contar el por qué ayuda a que los demás comprendan mucho más nuestro punto de vista: sentimientos, intereses y deseos de superación profesional.
2. Elige dónde armarás la oficina.
Ahora sí, con la actitud correcta y la familia notificada, estamos en condiciones de empezar el proyecto. Llegó el momento de elegir el lugar para tu futura oficina.
Elige un rincón del hogar que evalúes pueda brindarte mayor privacidad dentro de tu futura jornada de trabajo. Me dirás que si se trata de un rincón, es difícil considerar este aspecto. Veamos.
Si eliges un espacio común como un living o sala de estar, quizás sea adecuado si únicamente recibes visitas y realizas reuniones con amigos eventualmente o los fines de semana. Si tu sala es muy concurrida durante la semana laboral, entonces, no es apropiada para tu futura oficina.
De modo similar, si estás evaluando instalar tu espacio de trabajo en el dormitorio. Si compartes la habitación y tu compañero de cuarto trabaja fuera de casa durante tu horario laboral, adelante con el proyecto. En el caso de que ambos realicen actividades desde el hogar, el desafío será doble y tal vez para otro artículo en este blog. Si el espacio es únicamente tuyo, ¡perfecto! ¡Hora de empezar!
Considera un rincón en el que mínimamente puedas instalar una mesa de trabajo y una silla. No es recomendable que utilices el borde de tu cama, por ejemplo, para sentarte o bien, para apoyar tu material de oficina.
Tampoco es adecuado imaginar tu oficina desde la cama. Aunque resulte cómodo de vez en cuando chequear mails o alguna tarea por el estilo, te aseguro que no es productivo hacerlo de modo habitual y como una rutina diaria.
Delimita tu espacio. Cuando compartimos una casa, hay varias normas de convivencia tácitas y explícitas. Además de notificar nuestro nuevo proyecto es fundamental contar con el apoyo de la familia. No es cuestión de llegar con libros, agendas y equipos «invadiendo» territorios comunes de modo abrupto y que… rompa una feliz convivencia. Consulta, conversa y luego sí delimita tu espacio.
3. Arma una oficina minimalista.
Si trabajaremos en un rincón de la casa, la sugerencia es armar una oficina tan simple como funcional. No salgas corriendo a comprar muebles de diseño exclusivo en la casa más lujosa de tu localidad. Una oficina mínima puedes montarla revisando el mobiliario actual. Necesitas una mesa que oficie de escritorio y una silla. Atención: aquí sí haremos una parada. La mejor inversión será una silla ergonómica o bien con las características ideales para trabajar durante varias horas. Te servirá para tu oficina actual y… para siempre. Por eso es excelente inversión.
Aprovecha al máximo tu nuevo escritorio. Ubica tu computadora e impresora (con una multifunción ganarás espacio por aquello del «todo en uno»). Quizás sobre el escritorio, el monitor y debajo del escritorio, la impresora.
Utiliza cajas. Para los dispositivos más pequeños como: celulares, MP4, grabadores, cámaras de fotos, etc., utiliza cajas. En cualquier librería comercial encontrarás gran variedad en estilos y precios. Y, por supuesto, antes de salir de shopping, ¡revisa el material con el que ya cuentas en casa!
Evita las pilas de cosas en tu escritorio. Las cajas también serán de gran ayuda para organizar revistas, folletos, correspondencia comercial y demás papeles, que una vez vistos van directo al archivo del «nunca más te veo». Evita empezar a apilar en tu escritorio. Algo parecido ocurre con los lápices, clips, ganchos, sacapuntas, cinta adhesiva, bandas elásticas, etc. Guarda este material en otra caja. Estas cajas serán tus cajones y podrás ubicarlas una sobre otra debajo de tu escritorio. Hasta aquí tenemos una caja para dispositivos, otra para revistas y otra para útiles (si tu escritorio tiene un cajón, tema resuelto para estos últimos).
4. Gana lugar en las alturas.
Para tus carpetas o biblioratos sólo necesitas un estante sobre tu mesa de trabajo. Tal vez allí también colocar libros y manuales de consulta, o algunas de las cajas del punto anterior.
Todo nuevo material que vayas acumulando, por favor, que no sea en tu escritorio o directamente en el suelo, ¡o en tu silla! Utiliza sobres grandes de papel madera para archivar «cosas» y ubicalo en tu estante superior si es de uso frecuente. En caso contrario, recuerda utilizar tu «cuartito del fondo» para liberar tu espacio de trabajo de cosas que no son de utilidad.
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